jueves, 12 de agosto de 2010

Demonios de mis sueños

Dime tú que callado me observas,
demonio de mis sueños, mi mal sueño de amor,
dónde es sentido perfecto que la vida no tiene,
adónde se subliman tantas iniquidades.
Dime donde estás tú, ánima pura,
para besar tu faz y adormecerme
en un sueño lascivo.

Vengo de nadie y voy, tras mi silencio,
mirando incredulo el Universo,
moribundo de sol, hasta enterrarme.

Ahito de respirar el aire que me ahoga,
cansado de escucharme, yo te imploro:
¡ven pronto espia de la nada!
Estréchame en la curva perfecta del olvido,
donde el tiempo no cuenta,
y méceme, ligero, con un negro aire
que lleve mi conciencia donde no quede nadie.


De Francisco M. Ortega Palomares

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