lunes, 8 de noviembre de 2010

Caminando

Variado y sin ideas,
Perdido por el dolor,
Sentimos lo mismo,
Nos enamoramos
Cada día más.

Ideas y más ideas
Solo eso brota de tu boca,
Como es que lo haces,
Parece sencillo y fácil.

Yo para escribirte
Necesito más de lo que crees
Un corazón herido
Y otro atado al pecho
Para perseguirte
Por este camino
Aunque estrecho
Pero posible para los dos.

Y jamás separarnos el uno del otro,
Cantar al volar de las aves,
Y al final de todo,
Después de caminar
En la arena
Darnos el beso
Eterno y así poner
Fin a todo,
Nuestros sueños,
Nuestras aventuras,
Y nuestras vidas.

"NEl"

miércoles, 13 de octubre de 2010

Carente

Hoy un día tranquilo y aburrido
solo me encuentro carente de ideas.
no puedo escribir,
solo pienso en ella;
Tan grande fue mi traición que no me hablas,
aveces desearia tenerte en frente,
y preguntarte:
¿Qué hice o porque me meresco esto?
No te das cuenta que me matas por dentro,
te extraño, me haces falta, solo quiero hablar con tigo.
Dame 5 minutos de tu vida te lo explico todo,
y si este es el final de nuestra historia
dejame despedirme de esta manera
escribiendote estás lineas
para simplemente expresar el amor que te tengo.


"NEL"
con dedicatoria

jueves, 7 de octubre de 2010

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes social-adormecidas
las palabras de amor de mi garganta.

Abrid los brazos, la mente y repartíos
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia
y yo quiero que todos como hermanos
repartamos amores, lágrimas y sonrisas.

De pequeño me impusieron las costumbres
me educaron para hombre adinerado
pero ahora prefiero ser un indio
que un importante abogado.

Hay que dejar el camino social-alquitranado
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas
hay que volar libre al sol y al viento
repartiendo el amor que tengas dentro.

Manolo Chinato

jueves, 16 de septiembre de 2010

LEJOS DE TODO

Nelson, en su extraña y rara forma de ser, sentado siempre al final de todo, lejano del mundo; sus compañeros siempre temerosos de su forma de actuar, preguntándose ¿Por qué es siempre así su actitud?; esa, su forma de ser lo separaba de todos.

Sus extraños gustos, sus aficiones no muy conocidas, nunca supo lo que le esperó; sentado un día en la banca de su cuarto, esperando que la vida pase, nunca se dio cuenta de que algo se encendía; salió corriendo esperando salvarse, pero ya era tarde, murió ardiendo en la llama intensa de su soledad

"NEL"

martes, 14 de septiembre de 2010

UNA DROGA MORTAL

Me fui poniendo ciego con la vida
porque me fue gustando,
lo confieso.


Enamorarme de sus trucos más viejos:
las tardes, los paseos,
las citas en los bares,
comer fuera de casa,
charlar con los amigos,
probar lo prohibido,
amar sin compromiso,
liarme y desliarme.



Tener sueños de gloria
y utopías de una existencia mejor,
más razonable.
Gritar contra lo injusto
y ponerme del lado
del que no es nadie.



Había un no sé qué
por cargar lo que me echaran,
comerme el mundo
en un instante
y tropezar tantas veces
en la misma piedra.



Con el paso del tiempo
me ido quitando
de muchos de esos vicios,
de todo aquello que ya es necesario
y que es casi todo.



Por la borda he tirado
manías y prejuicios,
ambiciones que no valen la pena


A pesar de los años
no me he desenganchado
de esta droga tan dura
que es vivir con un tiempo prestado
mientras el deseo me mata.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Espacio, Me Has Vencido

Espacio, me has vencido. Ya sufro tu distancia.
Tu cercanía pesa sobre mi corazón.
Me abres el vago cofre de los astros perdidos
y hallo en ellos el nombre de todo lo que amé.
Espacio, me has vencido. Tus torrentes oscuros
brillan al ser abiertos por la profundidad,
y mientras se desfloran tus capas ilusorias
conozco que estás hecho de futuro sin fin.
Amo tu infinita soledad simultánea,
tu presencia invisible que huye su propio límite,
tu memoria en esferas de gaseosa constancia,
tu vacío colmado por la ausencia de Dios.

Ahora voy hacia ti, sin mi cadáver.
Llevo mi origen de profunda altura
bajo el que, extraño, padeció mi cuerpo.
Dejo en el fondo de los bellos días
mis sienes con sus rosas de delirio,
mi lengua de escorpiones sumergidos,
mis ojos hechos para ver la nada.
Dejo la puerta en que vivió mi ausencia,
mi voz perdida en un abril de estrellas
y una hoja de amor, sobre mi mesa.

Espacio, me has vencido. Muero en tu eterna vida.
En tí mato mi alma para vivir en todos.
Olvidaré la prisa en tu veloz firmeza
y el olvido, en tu abismo que unifica las cosas.

Adiós claras estatuas de blancos ojos tristes.
Navíos en que el cielo, su alto azul infinito
volcaba dulcemente como sobre azucenas.
Adiós canción antigua en la aldea de junio,
tardes en las que todos, con los ojos cerrados
viajaban silenciosos hacia un país de incienso.
Adiós, Luis von Beethoven, pecho despedazado
por las anclas de fuego de la música eterna.
Muchachas, las mi amigas. Muchachas extranjeras.
Dulces niñas de Francia. Tiernas mujeres de ámbar.
Os dejo. La distancia me entreabre sus cristales.
Desde el fondo de mi alma me llama una carreta
que baja hasta la sombra de mi memoria en calma.
Allí quedará ella con sus frutos extraños
para que un niño ciego pueda encontrar mis pasos…

Espacio, me has vencido. Muero en tu inmensa vida.
En ti muere mi canto, para que en todos cante.
Espacio, me has vencido…

"César Dávila Andrade"

lunes, 16 de agosto de 2010

Dulce introducción al caos

¿Cómo quieres que escriba una canción
si a tu lado no hay reivindicación?
La canción de que el tiempo no pasara,
donde nunca pasa nada.

Una racha de viento nos visitó,
y al árbol ni una rama se le agitó.
La canción de que el viento se parara,
donde nunca pasa nada.

Un otoño el demonio se presentó.
Fue cuando el arbolito se deshojó.
La canción de que el tiempo se atrasara,
donde nunca pasó nada.

Una racha de viento nos visitó,
pero nuestra veleta ni se inmutó.
La canción de que el viento se parara,
donde nunca pasa nada.

Mientras tanto pasan las horas.
Sueño que despierto a su vera.
Me pregunto si estará sola
y ardo dentro de una hoguera.

¿Cómo quieres que escriba una canción
si a tu lado he perdido la ambición?
La canción de que el tiempo no pasara,
donde nunca pasa nada.

Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas.
Se paró el aguacero, ahora somos, flotando, dos gotas.
Agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor.
Me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.
Volar, volar.

Una racha de viento nos visitó,
y a nosotros ni el pelo se nos movió.
La canción de que el viento se parara,
donde nunca pasa nada.

Ya no queda una piedra en pie
porque el viento lo derribó.
No. No hay esa canción.
Ya no queda nada de ayer
porque el viento se lo llevó.
No. No hay esa canción.

De Roberto "Robe" Iniesta

jueves, 12 de agosto de 2010

Demonios de mis sueños

Dime tú que callado me observas,
demonio de mis sueños, mi mal sueño de amor,
dónde es sentido perfecto que la vida no tiene,
adónde se subliman tantas iniquidades.
Dime donde estás tú, ánima pura,
para besar tu faz y adormecerme
en un sueño lascivo.

Vengo de nadie y voy, tras mi silencio,
mirando incredulo el Universo,
moribundo de sol, hasta enterrarme.

Ahito de respirar el aire que me ahoga,
cansado de escucharme, yo te imploro:
¡ven pronto espia de la nada!
Estréchame en la curva perfecta del olvido,
donde el tiempo no cuenta,
y méceme, ligero, con un negro aire
que lleve mi conciencia donde no quede nadie.


De Francisco M. Ortega Palomares

IDEARIO

Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira. 


De Francisco M. Ortega Palomares